martes, 7 de febrero de 2012

DING, DONG...RING, RING

DING, DONG…RING, RING
Se han abierto la puerta de las nuevas tecnologías, el siglo XXI nos trae todo por cable, por iphone, por satélite … pedir es fácil, acceder es fácil ,pagar es fácil… lo difícil es decir que NO. Se nos niega la libertad de decir NO… Yo quiero decir NO a que me llamen por teléfono a cualquier hora del día o de la noche para venderme conexiones a internet, televisión por cable, mejoras en mi ADSL, pinchos para mi ordenador, cambios de empresa eléctrica…Quiero decir que NO y evidentemente no puedo. Mi teléfono fijo (un capricho que sigue costando demasiado caro) suena a cualquier hora del dia y de la noche . Especialmente a la hora de la siesta, a la hora de la comida , a la hora de la cena. Suena detrás del ring, ring, una voz , habitualmente sudamericana, que no me deja decir que NO. No es culpa suya, ellos tienen que trabajar, tienen que vender para vivir. Es culpa de las empresas que vulneran mi libertad al llamarme a un teléfono que yo, voluntariamente , no les he facilitado. Y es culpa de las empresas que pagan a estos empleados a golpe de convencer, no a golpe de intentarlo (o sea tienen que conseguir su objetivo para cobrar, si no , su sueldo es tan ínfame que ni siquiera vale la pena nombrarlo). En la era de las nuevas tecnologías , en la era de la capacidad de elegir lo que uno quiere, no puedo elegir la negativa. El móvil pita cada dos por tres con mensajes publicitarios que yo ni he pedido ni he permitido, el teléfono suena con ofertas que ni he demandado ni quiero recibir y evidentemente a esto se suma la puerta de mi domicilio, que suele responder a vendedores de alarmas, de sistemas de seguridad para mi hogar por las que tampoco me he interesado nunca. Es legítimo, no digo que no, sobre todo el sistema del puerta a puerta . Tiene mucho mérito ir puerta a puerta pensando que de cada diez viviendas, siete ni siquiera te van a abrir. Es legítimo e incluso en algún caso útil. Yo ahora recibo el pan cada día en mi casa en un buzoncito que me han instalado unos empresarios que sólo me cobran lo que consumo , sólo el pan que consumo. No me cobran el haberme puesto el buzón, no me cobran el venir hasta aquí, no me piden fidelidad, ni un periodo mínimo, ni siquiera la firma de ningún contrato…(por que no aprenden de ellos las empresas de telefonía??) Es un chollo y me alegro de que llamaran a mi puerta pero insisto quiero poder decir que NO . En este siglo XXI , donde veremos cómo nuestras libertades de irán recortando ( espero equivocarme) ya se nos ha quitado la más importante , la posibilidad de mantener nuestra intimidad, de que sólo llamen a nuestra puerta nuestros amigos y nuestros vecinos, de que sólo llamen a nuestros teléfonos voces que realmente nos apetece oir

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