martes, 28 de febrero de 2012

DE CINE

DE CINE
Hace unas semanas escuchaba una entrevista a uno de nuestros actores más internacionales, Antonio Banderas. Es un personaje tan sencillo en las formas como controvertido en los fondos y dio un titular de esos que hacen que una entrevista valga la pena. Decía Banderas que el cine no es , ni más ni menos, que la metáfora de la vida que empieza cuando alguien dice ACCION y finalizada cuando escuchas el CORTEN… Así es la vida y así es el cine… Frase genial donde las haya. Pero la metáfora del cine va incluso más allá de ésta , tan cierta, tan inmensa y tan grande. En la ceremonia de los Oscars volvió a demostrarse esa metáfora … La gran ganadora de la Gala , The Artist, una película en blanco y negro, francesa y muda y que , también, aunque de pasada, trata el gran crack del 29 … Premio a una gran película, sin duda, pero también quizá reflejo de lo que actualmente estamos viviendo. En pleno siglo XXI estamos mudos, mudos ante la gran crisis, mudos ante la falta de valores, mudos ante la decadencia de una sociedad , de un sistema que se precipita hacia la nada más absoluta, donde , como en la película un día eres un DIOS y otro un MENDIGO (que se lo digan a IU ,quiero decir a Inaki Urdangarin) y donde como a la protagonista , un falso lunar en la cara, un simple detalle, te puede llevar a reinar… pero sobre todo, como en la película, un mundo donde lo único que puede salvarte es el amor… Sí, se que suena ñoño pero por lo menos tendremos que pensar que será el amor el que nos salve porque no lo hará ningún gobierno, ni Europa, ni los bancos , ni mucho menos el dinero …. El arte mudo de principios del siglo XX vuelve a triunfar en unos Oscars en los que también se da la metáfora de que una de las grandes actrices de nuestra historia, Meryl Streep, que llevaba 29 años sin ganar un Oscar , se lo lleve por encarnar a uno de los personajes más odiosos del pasado siglo. La dama de hierro fue políticamente eso, un personaje frío e impío ante las dificultades que en esos momentos atravesaba su país, sus ciudadanos…. ¿Un personaje feo que se merece un Oscar? Sin duda por la interpretación sí, pero quizá también es una metáfora de la vida… Solo faltaba que el Oscar al mejor actor se lo hubiera llevado Di Caprio por J. Edgar – ya sé que no estaba nominado- lo digo porque Edgar es otro de los personajes más grises y desagradables de la historia de Estados Unidos. También leía el otro día una buena reflexión de otro cineasta español ¿por qué actores guapos, con glamour y con gran personalidad tienen que interpretar a tíos asquerosos, grises y abominables? Tenía razón, está claro en Hollywood y en la vida real nos gusta maquillar la realidad y mucho más a los que ya están muertos o a punto de cascarla… Pues eso, que grande es el cine, una gran metáfora

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