lunes, 16 de abril de 2012

BEVERLY LA LEGUA

BEVERLY LA LEGUA
“Beverly la Legua” es un barrio periférico de Toledo, que como todos los barrios periféricos tiene mucha casa y poca cosa más. Pero como todo barrio periférico de “clase media” que se precie cuenta con un gimnasio y un bar para echar el café , la caña o lo que cuadre…. En este bar de “Beverly La Legua” la hora más divertida transcurre entre las 9 y las 10 de la mañana. Yo la llamo la hora feliz. A esa hora se reúne en la cafetería lo “mas aparente” de la sociedad toledana. Allí se junta, tras haber dejado a sus hijos en la “guarde” o en el colegio de “pago” todas las supermadres más “in” de la capital toledana. Un espectáculo, os lo aseguro. Todas ellas enarbolando la bandera de “megafashion” se reúnen para el café… Hay que verlas , todas tan monas , tan adornadas , tan pijas, tan puestas … Todas tan dipuestas a hablar de sus cosas… O sea del partido de padel que tienen el domingo, de la dieta que les está viniendo estupendamente, de sus superhijos tan listos que con dos años saben decir los números en chino, de sus asistentas ¡madre mía , si yo te contará de la mía! …vamos de todas esas cosas que hacen de esta hora en la cafetería de Beverly la Legua , la hora feliz… Solo hay que verlas pasar por la puerta, las hay estilo barby deportiva . Éstas van vestidas ya para ir luego al gimnasio, todas conjuntadas con sus chaquetitas de varlior y sus mechas rubitas, y el anillo de tous, que una cosa es hacer deporte y otra deshacerse de sus joyas…. (esta semana hay que entrenar más que la siguiente hay ranking )… ¡ponme uno con leche y tostada con tomate!. Las hay barbie pricesa. Barbie por la edad, cumplen casi la misma que la muñeca y muñecas se creen claro. Con el culo postizo y las tetas recién restauradas ¡con el pánico que hemos pasado con las prótesis de PIP defectuosa! . Muñequitas de narices respingonas y maridos ocupados, de niños superrubitos (y si no los tiño) y casas que huelen al siglo pasado, que hacen que sus asistentas las llamen señoras y viven superocupadas con sus preocupaciones diarias (el supercor está últimamente demasiado lleno, no me gusta cómo me han planchado hoy la camisa de carolina herrera, va a llover este fin de semana y el niño no podrá ir a montar a caballo…) ¡ponme un cortado con sacarina! Y luego están las barbies en proceso de ensanchamiento. Han tenido tres hijos y han decidido que lo único importante en su vida es el placer de ser madre, así que se enfrentan a sus amigas megaesculpidas con cuerpos redonditos diciendo “yo chica, es que no tengo tiempo de cuidarme, me dedico solo a mis hijos y no pienso quedarme sin los placeres básicos de la vida”. Estas son las que hablan de la termomix, el buen restaurante que visitaron el fin de semana pasado, lo inteligentes que son sus niños, el marido tan brillante que tienen… ¡ponme un café con leche, doble de azúcar y croisant con mantequilla y mermelada! Todos estos tipos de barbies y alguno más se reúnen en su hora común , en su hora feliz , solamente para una cosa, para hacer notorio su “orgullo de clase”. Un orgullo que expresan , con vehemencia, ante todo aquel que no se encuentra en su situación, principalmente las camareras o algún obrero que se ha equivocado de hora y ha entrado en el bar “a la hora de las estrellas”. Todas ponen la barbilla alta cuando se acercan a la barra . La barbilla alta …Como presumiendo de ese orgullo de creerse por encima de ciertas cosas de la vida… Pero cuanto más suben la barbilla y menos dan las gracias cuando les ponen el café en la mesa, más saben que su orgullo es efímero, porque puede morir en cualquier momento y su clase no existe porque no está ni en la ropa , ni en el peso, ni el paso por el quirófono, ni en el dinero, ni en nada de eso. La clase está en la piel no en lo que la cubre…y alguna seguro que la tiene, la mayoría no. Todos despojados de las cosas que habitualmente nos adornan no somos iguales. Desnudos ante el mundo , los hay que sí pueden presumir de “orgullo de clase” y muchas veces no son precisamente los mismos que presumen de ello. Pero ellas son felices en “Beverly La Legua” intentando ser quienes no son, aparentar lo que tienen y lo que no tienen y soñando con vivir en Beverly Hills en vez de en Toledo… al menos nos ofrecen un espectáculo de los más divertido