miércoles, 11 de enero de 2012

PARA SHAILA

AMIGA SHAILA... Quería escribirte algo, quería expresar todo lo que siento ahora mismo, pero creo que nada podrá expresar mejor lo que siento y lo que quiero decir que este texto de GALEANO...UNA VERDADERA JOYA que un día me hicieron llegar a mi y me sirvió de mucho y espero que tambien te sirva a ti
Habitamos en un mundo que trata mejor a los muertos que a los vivos. Los vivos somos preguntones y somos respondones, y tenemos otros graves defectos imperdonables para un sistema que cree que la muerte, como el dinero, mejora a la gente.

El sistema, que nos quiere ciegos, que nos quiere mudos, que nos quiere sordos, no nos ayuda a vivir haciendo. El sistema nos entrena para vivir muriendo y para vivir matando, matando hacia fuera, porque todo projimo es un competidor y un posible enemigo, y sobre todo , matando hacia adentro, matando lo mejor que cada cual tiene vivo dentro de si.

El sistema, que elije al revés, estimula a los copiadores y desalienta a los creadores , recompensa a los infames y castiga a quienes dicen lo que creen y a quienes creen en lo que hacen.

Se eleva la picaresca a la categoría económica y se rebautiza , pomposamente, con el nombre de modernización.

Están vivas, malheridas pero vivas, las energías nacionales de la solidaridad, la capacidad popular de creer y crear, la peligrosa y maravillosa pasión de la libertad.

Una inocultable certidumbre:

Vale la pena morir por las cosas sin las cuales no vale la pena vivir

No nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que prueban la pasión de andar y el amor al camino; tenemos la alegría de nuestras derrotas , porque la lucha por la justicia y por la belleza vale la pena también cuando se pierde.

Y sobre todo, sobre todo tenemos la alegría de nuestras esperanzas, en plena moda del desencanto seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano

TÚ NO MORISTE CONMIGO, Eduardo Galeano. 1988

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