LOS NOMBRES DE LAS COSAS
Es importante, más importante de lo que pensamos en un principio, los nombres de las cosas importan. El nombre o mejor dicho, el cambio de nombre de las cosas las transforman, las quitan su identidad y le ponen una nueva, las disfrazan, y por tanto, para la mayoría de los mortales las convierten en otras..lo he visto muchas veces y los ejemplos se me amontonan en la cabeza… Por ejemplo, nos situamos en Toledo , el barrio donde vivieron siempre mis abuelos, donde actualmente vive mi tía siempre fue para mí y para todo el mundo que yo conozco de Toledo, EL POBLADO. Yo toda la vida desde que tengo uso de razón lo llamé asi y todos los que me rodeaban también…. El poblado era un barrio , barrio…un barrio pegado a la antigua fábrica de armas de Toledo, donde de pequeños íbamos a todas partes con la bici, donde todos los vecinos se conocían, donde había descampados enormes con hierbajos y amapolas en primavera, donde parecía que hasta que uno no llegaba a la Reconquista no llegaba la civilización…pero el poblado se fue transformando, apareció una iglesia, hicieron muchos más pisos, limpiaron un poco los descampados y quitaron las amapolas… y siguió siendo el Poblado… hasta que un día la Fábrica de armas paso a ser la Universidad de Castilla la Mancha y empezó a fraguarse la idea de construir pisos por allí, de que el Corte Inglés se situará en esa zona, de vender las casitas blancas a buen precio a sus inquilinos para que luego los hijos de esos inquilinos las revendieran a precio de oro …ante esta “brillante” expectativa, el poblado tenía que dejar de llamarse el poblado y atención comenzó a llamarse La Vega Baja… Claro, en la VEGA BAJA todo seguía igual pero ya nada debía parecer lo mismo…asi que las casitas del poblado pasaron a denominarse los chalés de la Vega Baja, los vecinos dejaron de formar poblado y se convirtieron en propietarios de esos chalés, el descampado de enfrente de casa de mi abuela paso a ser una futura zona verde y como no , los pisos que iban a construirse allí y que eran para cooperativistas se pararon y en esos terrenos apareció, de repente, el Parque Arqueologico de la Vega Baja, dicen que es el mayor asentamiento visigodo de Europa-yo les invito a que lo visiten y juzguen ustedes mismos. Como ven, EL POBLADO –que suena a pobre, obrero, vecinal y a gueto- se convirtió de repente en LA VEGA BAJA – que suena a señorial, caro, elitista y apartado de lo mundanal de una ciudad cualquiera. ¿Lo véis? Los nombres de las cosas importan porque de cara a la mayoría las convierten en otras… ejemplos como estos hay muchos, en Toledo o fuera de Toledo… y no sólo ocurre con las cosas , ocurre también con las personas… las personas cambian sus nombres con el objetivo de disfrazar lo que han sido , lo que fueron hasta ese momento y convertirse en otras… Se cambian el nombre de pila, lo convierten en compuesto o lo simplifican, transforman su apellido, le ponen un guión, se lo quitan, le roban una letra , se la ponen, lo castellanizan, lo afrancesan.. en definitiva gestionan su nombre, como el nombre de las cosas, para que se adapte más al público al que se dirigen y de esta manera se crean una identidad distinta que les aleja de lo que han sido o les crea una personalidad nueva , más a su gusto, más adaptada las circunstancias… ¿que triste no ? Querer borrarse a uno mismo , o a tu familia , a tu barrio, a tus vivencias es querer borrar tu propia historia ¿qué triste no? Querer borrarte a ti mismo por mal que lo hayas hecho hasta ese momento es la más grande las perversiones…borrarte del mundo , convertirte en otro solo tiene dos explicaciones y ambas son igual de malas… te sientes tan acomplejado con lo que eres que necesitas ser otro , o te sientes tan endiosado que crees que puedes ser otro… Pero al final, más allá de los nombres, como todos sabéis hay cosas que no pueden cambiarse
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